Ahora, ¿Tenemos tiempo?

No lo sé. El tiempo, esa unidad relativa, ese concepto tan de larga duración... Estando en el Desierto, los cuarenta días son alargados y prolongados sin inflexión. Y a la sombra de esa discusión sobre lo inusual de estar detenidos colectivamente, surge en mí la pregunta: ¿Tenemos alimento para llevar este confinamiento? Y el campo, ¿quién lo siembra? ¿Somos capaces de entrar en la sala y meditar con las mismas posibilidades?
Exclusión y vigilancia ante el miedo de lo inminente: la muerte llegará con o sin nuestra autorización, sin olvidar que de hecho eso ocurre a cada instante.

Comentarios

Entradas populares