¿Qué es la fotografía?, ¿para qué sirve la fotografía?, ¿qué define a un fotógrafo?


Por Careli López-Falfán

"Beluga"  Fotografía Careli López-Falfán
"Tuvalú" Fotografía Careli López-Falfán
"Oriana" Fotografía Careli López-Falfán
Durante mi infancia crecí escuchando música, viendo colores, visitando lugares y hablando lenguas que no siempre podía entender porque procedían de la memoria de mis sueños. Conforme fui creciendo me di cuenta de la poca habilidad que tenía para dibujar, incluso a veces cosas tan fáciles como un gato se reproducían con el número ocho y dos cuernitos que simulaban las orejas. Comencé a sentir una especie de angustia porque no podría nunca plasmar de manera gráfica aquellas representaciones que cada madrugada tenía, a veces para compensar mi impotencias para dibujar recurría a las palabras, las cuales se volvieron mi herramienta y con ellas pude describir las imágenes que soñaba. Sin embargo, siempre sentía una especie de falta, es decir, sentía que esa expresión de mis sueños quedaba incompleta.

Pasaron los años, un día, en la universidad, revisé mi número de créditos del semestre y el Coordinador Académico me dijo que me faltaba cubrir una materia optativa antes de terminar mi último semestre, me puse a pensar qué haría porque en los semestres pasados había llevado natación, literatura caribeña, literatura chicana, semiótica de la culturaleza y francés, volví a ver la tira de materias que me presentaba el Coordinador, las demás materias optativas implicaban gastos que no estaba segura mis padres pudieran cubrir. Me le quedé mirando y le pregunte – ¿en el laboratorio de fotografía hay posibilidades de que me presten una cámara fotográfica?-, -sí-, me contestó. Entonces déjeme tomar esa materia, yo recordaba que siempre había querido aprender a tomar fotos, es más hasta quise estudiarla como carrera, después de todo la Universidad Veracruzana la tenía como licenciatura, pero en mi casa dijeron “no, esa carrera es muy cara y no podemos pagarla”, tenían razón en parte porque los procesos de entonces estaban relacionados con la cámara analógica, la tecnología digital apenas comenzaba y nada de lo que ahora conocemos se deslumbraba –y solo han pasado 10 años-. Así que sabiendo que mi facultad tenía la opción de un taller de fotografía y que facilitaba los materiales como parte de asistencia estatal, me decidí a aplicarme a toda enseñanza que el maestro nos diera. El primer día, recuerdo se nos dio teoría fotográfica, la cual me recordaba más a mis clases de física de la secundaria que a lo que yo imaginaba sobre tomar fotos; luego de ese tema el profe pasó a explicarnos el cómo, cuándo y porqué de los procesos. Una semana después nos habló de la teoría antropológica y la semiótica de la fotografía, pero yo no veía claro en cuál momento comenzaríamos a tomar fotos, hasta que a la tercera semana, Vicario, mi maestro, nos hizo reflexionar sobre nuestro objeto fotográfico, entonces me di cuenta que no tenía cosa semejante. Mientras pensamos el tema nos seguía orientando sobre el uso de la cámara, los ángulos, la luz, la reflexión, los filtros, el día y la noche. A la quinta semana nos dijo ahora sí, les voy a entregar una carta responsiva, van a leerla, con cuidado, la firmaran y quedaran responsables de un equipo fotográfico. En el salón todos leímos y firmamos, ese día y durante 4 semanas tuvimos la oportunidad de llevar la cámara para todos lados. Me sentía tan feliz que no pensé en mi objeto fotográfico y tiraba a todo lo que se movía, en ese inter compré un rollo de 36, después de gastarlo  me puse a pensar qué quería fotografiar, ya que en ese entonces no se podía ver qué era lo que exactamente se captaba y ni pensar el cómo quedaban era hasta que se revelaba que uno sabía si habíamos seguido el proceso o de plano nada había salido. Llegué con mi maestro revisamos el rollo y comenzamos el proceso de revelado, después de varias horas vimos qué era lo que había captado, el resultado fue impactante porque pude sentir cómo se plasmaban imágenes tan claras como sucedía en mis sueños. Para mí esa sensación me dio la pauta para tomar la fotografía como un complemento a mi lenguaje, por un lado tenía las palabras pero por otro tenía la posibilidad de plasmar gráficamente colores, situaciones, lugares, incluso sabores y sonidos. Supe a partir de ese día que mi tema fotográfico lo constituían la magia y posibilidad de plasmar mis sueños, mi lenguaje.

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