Donde esté el reloj

Ayer pase por Enríquez, la segunda vez para ser exacta, después claro de que los frentes fríos dejaran patas pa´arriba el centro y toda Xalapa. Y sentí que faltaba algo.
Había pasado el martes, el día que nos sorprendimos por el inesperado viento que rugió toda la noche(aunque sea inesperado no esta nada ajeno a la verdad absoluta de que el calentamiento global es inminente), pero al pasar sólo note tristemente que los árboles estaban en el suelo y que, los estaban convirtiendo en astilla y aserrín. Sentí como si una parte de mí se viera forzada a cambiar, las imágenes me daban una nueva arquitectura urbana, una Xalapa sin árboles, no lo concebía.
A pesar de mi admiración por el espectáculo que veía, salí corriendo de mi Enríquez, de mi calle, de mi banca en la que pueden pasar horas en las que espero y espero, y no espero nada.
Pero ayer miércoles fue terrible, un seco golpe se metió en mi profundo ser, cuando por más que contemplaba la calle no estaba. Él era testigo de tantas cosas; de las veces que me sentaba al lado de algún anciano para observar sus movimientos y secretamente ser testigo del paso del tiempo y como este anciano me cautivaba en parte por mi obsesión por lo antiguo y en parte porque verlo me hacía pensar en lo finito del cuerpo, de la vida misma; de la veces que me habían dejado plantados uno que otro amigos; de las veces que los niños que trabajan en la calle eran explotados de tantas maneras por almas oscuras y siniestras; de la indiferencia de ésta situación; de cientos de secretos de novios, amantes, políticos, dealers o compradores; de mí leyendo, de mi soñando, de mi espiando, de mi contemplando, de mi vouyer, de mi fetichista, de mi amando, de mi llorando, de mi riendo, de mi esperando que pasará la razón de mi escritura. Esa razón que te tiene largos cabellos.
No es que me necesitará saber la hora, pero es que el significado y sentido del Reloj de Enríquez me pesaban, ¿dónde estaba?, ¿quién lo tiene?, ¿qué harán con él?, ¿quién le dirá al amor, que lo espero?
Vuelve Reloj de Enríquez, vuelve para que me siente unas horas a inventar historias, vuelve para que mis alas corran tras segundos.
Careli
25 de Octubre 2007

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