De vez en cuando

Me gusta pensar que el tiempo se detiene, y qué, cuando me preguntas en qué piensas cuando meditas pudiera explicarte que vivo la impermanencia.

Ayer volví a pensar en ese legado melancólico que me atormenta, por eso te mandé el mensaje. Pensaba que todo estaba más tranquilo que otras veces, pero ese sentimiento volvió, la búsqueda, el peligro aquello que no quiero describirte porque se que te enojaría como otras veces, pero sabes-de hecho no lo sabes, sólo supones, que no implica que sea verdad- al tocar el cielo me volví al vacio que surge entre dos cuerpos unidos y a la vez extraños separados de golpe y esa angustia llamada soledad, tan negra como la luz.

Es tarde y tengo hambre y no sé si quiero continuar escribiendo.

Escribe pronto

P. S. Siempre ame con la furia silenciosa de un cocodrilo aletargado (E. H.)

Comentarios

GustavoHArrietaL ha dicho que…
saludarte por estos espacios que abre la literatura.. como agujeros negros que se pueden dominar...
César ha dicho que…
Con el tiempo me gustas más, eso un hecho; con el tiempo, se arraiga, se alimenta, permanece este vínculo que, acaso, no podamos definir, porque no podemos definirnos nosotros mismos y aquí estamos, mil 800 días después de esa húmeda tarde, tú sabes cuál; aquí estamos Silvia, nostalgiando los tiempos en que, más ajenos, más desconocidos, nos buscábamos, sin encontrarnos, nos evadíamos sin conseguirlo; ahora no sé si nos encontramos en vano, y si habría que volver a buscarnos.
Nuestro futuro es incierto, invita a la imaginación; con el tiempo, se siente, las cosas quizá se pongan interesantes, quién lo sabrá. Lo cierto es que hay algo inconcluso, un vacío, una oquedad permanente que por razones que bien conocemos, que a veces esquivamos, que sabemos presentes, que deseamos, en lo más profundo de los abismos de nuestras pasiones...
Nos veremos pronto.

Entradas populares