Extraño
Solía pensar que tenía ojos tristes de venadita y que eso a nadie gustaba.
Solía pensar que mis ojitos eran obscuros y que cuando evadía la mirada escondía la luz de las montañas o el reflejo cegador de un mar embriagado por el sol del trópico.
Solía pensar que a la gente poco le importaba mi mirada.
En fin, desde hace unos meses he recibido comentarios que involucran a ese par, que me ayudan mucho al caminar. Primero supe que no eran obscuros pero si tristes; que a veces como el mar traían la calma y otras la iracunda fuerza de un huracán, hoy por ejemplo me dijeron que eran hermosos... Entonces como venadita solo miré de reojo y guarde la mirada para continuar ocultando el secreto de la mi mirada.
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