Sofá
Siento el paso de los días, el olvido. Entonces busco aquellas miradas y pido al
cielo, a la tierra se humedezcan mis labios se me ericen los pechos o se
repitan orgasmos sin sexo. Me tumbo indolente en el recuerdo. Estoy allí
sentada en tu mano cubierta por deseos... paso sin piedad a besarte,
quitarte los lentes, envolverte entre mi lengua y tiro, sin pudor, ropa de mi cuerpo. Me
siento en ti, sobre ti mientras besas poco a poco el escalofrío de mis pezones,
con tu aliento los excitas y toda húmeda me colocas frente a ti y pides con la
fuerza de tus manos el vaivén de una cadera sometida a la tirana fe de la
lealtad.
Comentarios