Y los cíclopes se miran

Hoy que abunda las frustraciones normales de los días, restauro las palabras enfundadas de abusos y violencias por las palabras balsámicas de la poesía llamada Cortázar y habito, habito como una nota sorda hacia aquello que llaman "oficio" y de donde muchas veces salen las amargas frustaciones ajenas que se vuelven propias ante el confundido y lastimado sistema, sistema envuelto en corrupciones, corruptas y corruptos hombres y también mujeres que juegan escenarios políticos para su siguiente puesto, porque el poder va comiendo, primero las vísceras -por eso quedan sin cerebro-, después el alma -hasta secárseles- y escudándose en banderas de colores, entre lemas que contradicen en su día a día quienes son, ¿quiénes son? 

"si quieres conocer la verdadera personalidad de alguien, dale poder y dinero y sabrás quién es en realidad", 

dicen así las abuelas... 

Mi oficio es comunicar lo incomunicable porque en el papel del suceso real lo que importa es lo que canta el viejo refrán 
"donde manda capitán no gobiernan marineros". 

Soy peón, en medio del papel de mi frustrado departamento me envuelvo en las acciones que van más allá de las palabras, eso que no pueden controlar, porque aunque el poder o mejor dicho lo que crean que es el poder no es más que la especialidad de un coto.
Al menos queda el consuelo de saber la

"vida misma es cambio", 

el canto de la poesía compuesta por sí misma, la pura experiencia de libertad el gozo de vivir sin precio.

En medio el azar de ponerme es esta ciudad, con mi cabeza confusa, viendo como todo se convierte en un recuerdo del pasado, una fotografía que estoy viendo, desdibujada se escapa a lo que fue o pudo ser, sin ser culpa de nadie sin querer... una nota de piano buscando encontrar el método preciso en los silencios en donde la música también surge. 

P. S. Ahora quiero saber qué hacer conmigo porque su mundo, y mi universo, me advierten de las viejas cruzadas del corazón que surcan los cielos diciéndome:

¡Como de paloma!, así son vivos y brillantes tus ojos, además de lo que adentro se ocultan.

Me surgen las dudas ¿él conoce de mí antes de que yo pudiera siquiera respirar?

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